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domingo, 18 de julio de 2010

Laguna del Quilotoa "La Esmeralda del Paramo"

Temprano en la mañana se reunieron en los puntos de partida. La ruta y el clima prometian mucho asi que se enfilaron con rubor y animos de visitar el llamativo sitio.

Quilotoa "diente de reina" en idioma ancestral, con su color turquesa, su forma casí elíptica, sus 3.15 kilómetros de diametro y una diferencia de 440 metros entre el nivel del agua y el borde del crater, tanto misticismo andino los ponía a imaginar en los sitios privilegiados que tiene el Ecuador.

La autopista hacía el viaje placentero, rumbo a Latacunga, cruzar Pujilí y llegar a Zumbahua había mostrado el encanto de la serranía, esos paisajes de altura donde el Cotopaxi se muestra de frente, los Illinizas nevados, el cielo con varios tonos azulados y el paramo como un gran telar multicolor que hace grata la travesía, solo interrumpida con las risas de los reencuentros que se propician por estos sitios.

El camino desde donde el Rafael Correa había hecho su posesión presidencial (Plaza Central Rumiñahui en Zumbahua) hasta la laguna, estaba en recostrucción, por lo que el automotor iba con cuidado esquivando lo que se aparecía, un helicoptero por esos lugares con los pilotos compartiendo un refrigerio hacían pintoresca la vía y al fin llegaron al crater, ahí el viento pegaba de frente por lo que el frío se sentía nomas se abría la puerta. Ya en aquel sitio desde el borde, la laguna en toda su magnitud, como que invitaba a lanzarce desde sus peñascos con un parapente planear y de poco ir bajando hacia la esmeralda clavada en el fondo.  Se estiraban y calentaban reconociendose con un par de palmadas arriba, bajaron de a uno y se sentía tan facil el hacerlo que cada uno encontraba su modo.  En las orillas, un primitivo muelle, donde los kayaks y los botes de remo fueron un pretexto para visitar la calma del sitio.  De a poco se enfilaban por las aguas mientras que unos cuatro avesados emprendian el chapuzón en ella, fría es cierto, pero inigualable el sentir la energía que transmite estas aguas.

Los últimos se aprestaban a viajar en el bote y los que esperaban en un juego de palabra tras palabra que desata la euforia: "Cuando una mujer no puede tener hijos:" "Fidelidad" . . . recuerdas?

Todos juntos y empieza el retorno, menuda cuesta, que a su tiempo cada uno va coronando con ayuda extra de motor de cuatro patas o personal de dos, arriba el almuerzo esperado hace que todos lo disfruten sin reservas mas bien con camaradería de amigos de antaño.

En el bus de retorno unos extranjeros de New Jersey piden que les lleven a Latacunga y se unen al grupo, cada quien agudiza su ingles para entenderlos e integrarlos, ellos todo espontaneos cuentan su vida sus planes y el transporte parece llevar el mensaje de bienvenida.  En Latacunga se despiden.  Un par de horas mas y el resto tambien lo hace en Quito, renovados y maravillados, es que estos lugares tienen su propia magia.

Y ahí cada quien rumbo a su hogar, deseosos de compartirse en otra ocasión verdad?

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