


La invitación estaba hecha, el lugar escogido era uno de
esos que habíamos visto en las reseñas internacionales del verde Ecuador, como
no elegirlo y querer visitarlo nuevamente.
Partimos ahora en caravana, integrando el grupo que desde distintas
partes se iba reuniendo, el tráfico en Quito que no ayudaba a cumplir con los
itinerarios, parecía que el parque automotor ha crecido en miles desde la última
vez que salimos. Ya luego en las
tribunas, Tambillo y las paradas técnicas hacían mas azaroso el trajín. En Latacunga nuestras ultimas integrantes que
descubren nuevos puentes de conexión de Pujili con el resto del país. Bueno a esas alturas el equipo estaba
completo y la tarde caía dando pie a la starry night, claro que sorteando la
neblina que fantasmagóricamente aparecía.
Llegando al fin, nos tomó poco tiempo el poner al hombro las
herramientas de camping y posar para un
par de fotos que el asistente de fotografía le causaba mas problemas de lo
esperado, recuerdan? Descendimos con las
linternas que alumbraban lo suficiente para seguir el camino, quizá podrá
parecer complicado el movernos por la noche y armar el campamento, pero nuestros
expertos aventureros denotaban una vasta experiencia en este tipo de
situaciones.
Entonces la noche gélida, la comida que compartíamos, el cráter
del Quilotoa mas la laguna y la fogata que luchábamos por mantener encendida
era una sutil y a la vez extraña mezcla de esas como zhumir y ron con cola más
Julio Jaramillo que en su clase de teoría musical se convertía en un excelente
combustible, recuerdas también la ecuación?.

En un par de hora la mañana que se notaba esplendida y era
momento de en realidad contemplar el sitio al que habíamos llegado. Magnifico, y era inevitable que las fotografías
aparezcan para reseñar el rincón privilegiado que visitamos. Entonces era tiempo de desarmar el campamento
e ir a desayunar. Aquí es cuando dos se
aventuran por otra ruta y ponen en problemas al guía que al poco rato logra localizarlos
no sin antes subir un par de colinas. El
resto mientras tanto apuesta por el Kayak sobre la laguna disfrutando
sobremanera el deslizarse a punta de remo por las turquesas aguas de la
laguna.

Es tiempo de subir hacia el transporte lo que es otro motivo
de diversión y jolgorio pues unos escogen la mula, otros ayudan con la carga,
otros sin carga igual se les hace eterno y otros mientras caminan hacen amigos
de los transeúntes, bastante extranjero visita el sitio y la oferta turística
tiene variedad. Arriba nos espera un
almuerzo caliente que nos repone y nos deja listos para emprender el regreso
que parece mas corto de lo esperado.
Buen campamento verdad?