Temprano en la mañana se reunieron en los puntos de partida. La ruta y el clima prometian mucho asi que se enfilaron con rubor y animos de visitar el llamativo sitio.
Quilotoa "diente de reina" en idioma ancestral, con su color turquesa, su forma casí elíptica, sus 3.15 kilómetros de diametro y una diferencia de 440 metros entre el nivel del agua y el borde del crater, tanto misticismo andino los ponía a imaginar en los sitios privilegiados que tiene el Ecuador.
La autopista hacía el viaje placentero, rumbo a Latacunga, cruzar Pujilí y llegar a Zumbahua había mostrado el encanto de la serranía, esos paisajes de altura donde el Cotopaxi se muestra de frente, los Illinizas nevados, el cielo con varios tonos azulados y el paramo como un gran telar multicolor que hace grata la travesía, solo interrumpida con las risas de los reencuentros que se propician por estos sitios.
Quilotoa "diente de reina" en idioma ancestral, con su color turquesa, su forma casí elíptica, sus 3.15 kilómetros de diametro y una diferencia de 440 metros entre el nivel del agua y el borde del crater, tanto misticismo andino los ponía a imaginar en los sitios privilegiados que tiene el Ecuador.
La autopista hacía el viaje placentero, rumbo a Latacunga, cruzar Pujilí y llegar a Zumbahua había mostrado el encanto de la serranía, esos paisajes de altura donde el Cotopaxi se muestra de frente, los Illinizas nevados, el cielo con varios tonos azulados y el paramo como un gran telar multicolor que hace grata la travesía, solo interrumpida con las risas de los reencuentros que se propician por estos sitios.